El viaje salvador de la Infanta Cristina para frenar la caída del Rey Juan Carlos

Se cumplen dos años desde la partida forzada del Rey Juan Carlos desde España hasta los Emiratos Árabes Unidos, su nuevo hogar hasta nuevo aviso. Es su tercer verano alejado de la tierra que lo vio nacer y reinar y, peor aún, sin su familia y amigos más cercanos. El Emérito pasa por uno de sus peores momentos y, afortunadamente, lo acompaña una de sus hijas: la Infanta Cristina.

Don Juan Carlos recibió en momento justo la visita de la mediana de los Borbón y Grecia que, según consigna diario “El País”, estuvo acompañada por algunos de sus hijos. Salieron de la lujosa residencia en donde pasa sus días en la absoluta soledad y se dirigieron hasta un restaurante para pasar un tiempo diferente. De momento, no trascendieron fotos de este último encuentro.

Al Rey Juan Carlos lo aqueja profundamente el hecho de estar solo, más que las dolencias de la edad o los padecimientos que lo acompañan desde hace varios años y que mantiene controlados gracias a una estricta vigilancia de sus médicos. Lo que más le duele es el haberse convertido en un ser solitario, no por voluntad propia.

La Infanta Cristina, enterada del delicado momento de su padre, viajó en cuanto pudo para acompañarlo en la que, además, se sabe es una fecha bastante triste para el Monarca retirado, que atraviesa su tercer verano alejado de los mares y a merced de temperaturas que bordean 50 °C en los peores días.

A diferencia de otras ocasiones, la hija mediana de Don Juan Carlos ha viajado sin la Infanta Elena, que ya habría visitado al Emérito semanas atrás. De hecho, interrumpió sus planes de descanso para acompañar a su padre, ya que se había programado para trasladarse hasta Vitoria y luego a Bidart para pasar junto a sus hijos antes de que partan rumbo a Estados Unidos, en la segunda quincena de agosto, para asistir a una cita de la Familia Urdangarin.

La idea de la Infanta Cristina y de Doña Elena, de ahora en más, es visitar al Rey Juan Carlos de a turnos y cada vez que su agenda lo permita. Quieren evitar su caída a toda costa. Más aun sabiendo que su última visita a Sanxenxo, con todo el escándalo que ha significado, postergó por tiempo indeterminado una posible fecha de regreso a la tierra que lo vio nacer y reinar y en la que pretende descansar cuando llegue el día del encuentro con el Supremo.