La verdadera razón por la que la Reina Letizia no comparte la mayor pasión del Rey Felipe

Varios son los veranos ya en los que hemos visto la triste imagen del Rey Felipe navegando solo los mares de Mallorca. Realmente solo, no, pero sin su familia, nada más que la tripulación de los navíos con los que suele entrenar y competir en las regatas de temporada. La Reina Letizia hace más de una década que dejó de acompañar a su esposo en lo que es su mayor pasión. Hay una razón y quien la revela es Paloma Barrientos.

En una de sus tradicionales artículos publicados en Vanitatis, la periodista echa luz sobre las sombras que oscurecen la verdad del porqué de la ausencia de la Consorte Real a bordo de los barcos que capitanea el Monarca español. Una cita que, de hecho, suena bastante romántica.

Mucho se ha especulado con las posibles razones que mantienen alejada a la Reina Letizia del Rey Felipe cuando de navegar se trata. Hubo algunos más aventurados que llegaron a decir que tenía que ver con Isabel Sartorius, ya que fue en altamar que se conoció de su romance con el dueño de la Corona, en ese entonces Príncipe de Asturias.

Nada de esto, ni parecido, según revela Paloma Barrientos. El sentimiento que invade a Doña Letizia cada vez que escucha la explosión de las olas y el sonido de las velas al subir y bajar de los mástiles, nada tiene que ver con emociones traídas de los pelos relacionadas al pasado romántico de Don Felipe.

Por el contrario, la explicación, la verdad, es mucho más simple. La Reina Letizia se marea en altamar. Así como se lee en voz alta y escucha. Más allá de su divinidad como Monarca pese a su resistencia a santiguarse, la ex periodista es más humana de lo que muchos piensan y sufre vómitos si pasa mucho tiempo navegando, por más que sea el Rey Felipe quien lleve el timón.

La periodista de Vanitatis explica que en fotos de años atrás, cuando se podía ver a la Consorte Real a bordo de la embarcación “Fortuna”, en la que le hemos llegado a ver sobre cubierta en bikini antes de lanzarse al mar, en ese entonces Doña Letizia no tenía escapatoria. Estaba recién integrándose a una familia y a un círculo de amigos indispuestos a aceptarla con facilidad.

Se podría decir, entonces, que la Reina Letizia ha hecho un enorme sacrificio por el Rey Felipe, llegando a obviar los efectos físicos negativos que la mayor pasión de su esposo le provocaba.