Lo que el Rey Carlos encontró en Camilla Parker y no pudo hacer en Lady Di

Con la llegada del ascenso al trono del Rey Carlos, un sinfín de miradas están cayendo sobre la que ahora se convierte en su reina consorte, Camila Parker, una mujer que por décadas no gozó de buena fama para el interior de la población británica, al haberse ganado el estigma de ‘la rottweiler", por Lady Di. 

El divorcio más problemático que atravesó la institución real sin dudas es el de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales. Por primera vez desde que llegó al trono, la Reina Isabel tuvo que lidiar con un fenómeno mediático que podía llegar a oscurecer incluso su figura. El sonado tampon gate, como se llamó al caso de infidelidad de Carlos III con la reciente Reina Consorte de Reino Unido, puso a la opinión pública aún más en la mira a la Corona Británica. 

Camilla Parker parecía no superar el listón aristocrático de la familia real y desde un inicio contó con la antipatía personal de la Reina Isabel. La monarca mayor, la había estigmatizado de “mujer malvada” y hasta puso en evidencia que era la tercera en discordia.

No fue fácil. La flamante Duquesa de Edimburgo terminó convirtiéndose en la mujer más odiada, la enemiga pública número uno. Pese a la ira de la reina, la burlas de la prensa y el desprecio de un pueblo, esto no la detuvo para trabajar arduamente como miembro de la realeza senior, apoyando a Carlos y defendiendo organizaciones benéficas que ayudan a mujeres y niños.

Inesperadamente, la vuelta de tuerca llegó de forma inesperada a la realeza. El 6 de febrero de este año, la varita mágica de Isabel II se hizo realidad en su Jubileo de Platino.

Cuando mi hijo Carlos sea rey espero que le deis a él y a su esposa Camilla el mismo apoyo que me habéis dado a mí; y es mi sincero deseo que cuando llegue el momento Camilla sea conocida como la reina consorte. 

La bendición de la Reina Isabel, trajo buenas nuevas para la reina consorte de Reino Unido que rápidamente se convirtió en un activo para la familia real y el gobierno británico con su toque común y su capacidad para disipar la tensión en una habitación.

La intervención de Isabel II fue muy significativa ya que es la única persona que puede definir los títulos reales. La monarca mayor enfatizó en su momento que Camila Parker ya no era vista, ni públicamente ni dentro de los muros del palacio, como la amante real, sino como una figura central en el corazón mismo de "la firma".

Fueron muchos condimentos que hicieron que la duquesa haya pasado de encabezar la lista de “las más odiadas de la realeza” a la de “las más queridas”. La discreción de Camilla Parker, el genuino amor que se profesan con Carlos, su apoyo incondicional, su vida activa dentro de la realeza. El recuerdo de la Diana de Gales sigue pesando mucho sobre los británicos, sin embargo, aprendieron a querer a esa mujer de personalidad arrolladora, cercana, buena conversadora, cálida, amigable y con un gran sentido del humor.