El protocolo de la Corona inglesa ha trabajado sin descanso para que el funeral de la Reina Isabel sea histórico y el pueblo británico pueda darle la despedida que merece la Monarca que ha conducido el Reino Unido durante los últimos 70 años. Sin embargo, en esa mega organización habrá puntos grises que tantos nervios generarán pero que serán inevitables. Sobre todo por las personalidades que asistirán, entre las que se encuentran, por ejemplo, el Rey Juan Carlos, Meghan Markle y el Príncipe Andrés.

Nadie los quiere cerca. Ni la Familia Real española ni los integrantes de la Casa Windsor están contentos con sus asistencias, pero las invitaciones eran innegables. 

Incluso, para muchos británicos la simple presencia de Meghan Markle y el Príncipe Andrés ya es algo más que reprochable. Y hasta se los hicieron saber durante los primeros eventos del funeral. 

Rey Juan Carlos, Meghan Markle y el Príncipe Andrés, los tres que nadie quiere cerca

Al Rey Juan Carlos, Monarca español durante 40 años, lo acompañan una serie de eventos polémicos, como la denuncia por acoso en Londres de una de sus examante, como es el caso de Corinna Larsen, a la que le donó 65 millones de euros, que fueron depositados en la cuenta de un banco de Bahamas, uno de los paraísos fiscales de Centroamérica. 

Otro de los actos reprochables del Emérito son los movimientos de su fortuna en el extranjero, además de una serie de escándalos que lo hicieron refugiarse en Abu Dabi. 

Pero dentro de "La Firma" también hay personajes que provocan resistencia, como es el caso de Príncipe Andrés, el hijo preferido de la Reina Isabel. Durante el cortejo por Edimburgo, desde la multitud le gritaron "viejo enfermo". Está involucrado con la red de tráfico y prostitución de menores que manejaba el pedófilo Jeffrey Epstein en Estados Unidos. Eso le valió el abandono de las funciones públicas en 2019 y el despojo de todos sus títulos militares.

Por último, otra persona no grata es Meghan Markle, esposa del Príncipe Harry. Ella es señalada dentro del Palacio de Buckigham como la responsable de que el nieto preferido de la Reina Isabel abandonara la Familia Real para radicarse en Estados Unidos. Los británicos no le perdonan a la exactriz sus declaraciones ante Oprah Winfrey, ni sus revelaciones sobre la Corona, que tanto expusieron a la difunta Monarca.