Receta del batido natural para desinflamar el abdomen de manera definitiva

Hoy toca hablar de esos batidos que te dejan el abdomen más plano que la tabla de planchar de mi abuela. Sí, esos que parecen magia pero en realidad es pura ciencia y buenos ingredientes. Además, si te piensas que por ser buenísimos para la salud te van a dejar el bolsillo temblando, pues va a ser que no, amigo.

Que sí, que sí, que hay un ingrediente que está en todas las recetas de la abuela, del vecino y hasta en la barra del bar. Hablamos del yogur natural, ese que muchos ven como un lujo, pero que en realidad es un básico en cualquier nevera que se precie.

Ingredientes:

• 1 yogur natural sin azúcar (de esos que están en el súper, no te arruines)
• 1/2 pepino sin pelar (sí, con piel, que ahí está lo bueno)
• Un puñado de espinacas frescas (lavadas y escurridas, ¡eh!)
• 1 manzana verde (que esté firme, nada de manzanas pochas)
• 1 trozo de jengibre fresco (como de un centímetro, no te pases)

Ese ingrediente mágico:

Pues resulta que el yogur no solo está rico, sino que es un fiero aliado para tener la tripita contenta. Con su ayuda, tus digestiones serán más ligeras que una pluma, y eso de inflamarte como un globo, pues como que no.

Paso a paso:

Coge el yogur y échalo en la batidora. Luego, corta el pepino en rodajas (con piel, que no se nos olvide), trocea la manzana y tíralo todo al mismo baile. Ralla un poco de jengibre, que es el que pone la chispa, y añade las espinacas. Dale caña a la batidora hasta que la mezcla se vea más suave que el terciopelo. Si está muy espeso, puedes añadir un chorrito de agua o leche vegetal. Lo que buscas es una consistencia que te entre bien por el gaznate.

Sirve este elixir verde en un vaso alto, decóralo con una rodajita de pepino o una hoja de espinaca para el postureo, y bébetelo con calma, que las prisas no son buenas. Y si lo haces en ayunas, mejor que mejor. Con esta receta vas a tener un batido que te deja el estómago plano, y que te mantiene con energía sin echar mano de los picoteos. Pruébalo y ya me contarás. Y recuerda, ¡lo bueno si sencillo, dos veces bueno!