La propuesta de Jaime Marichalar que Froilán no pudo aceptar antes de su marcha a Abu Dabi

A Froilán se le ha terminado el tiempo de fiestas en Madrid y, en contra de su voluntad, ha sido enviado hasta Abu Dabi, algo que mucho no le agradó tampoco a su padre, Jaime de Marichalar, que tuvo que ceder ante las presiones de su exesposa, la Infanta Elena. 

Luego de que se conociera que Froilán había quedado en el medio de una pelea con navajas, el pasado noviembre, en las afueras de una discoteca del barrio madrileño de Salamanca, desde su entorno familiar comenzaron a discutir qué hacer con el díscolo Borbón.

Cuentan que la Infanta Elena castigó a Froilán impidiéndole pasar Reyes junto a su abuelo, en Emiratos Árabes, a donde lo mandaron luego, para acallar un poco las críticas de la prensa. 

Pero, de regreso en Madrid, el nieto del Rey Juan Carlos la volvió a liar, cuando fue desalojado de una fiesta clandestina a las 9 de la mañana. Ese fue el acabose. Ni una llamada para pedir la mediación de su padre, Jaime Marichalar, alcanzó para torcer la decisión de la Infanta Elena. 

Es que Jaime Marichalar no estaba del todo convencido de que el Rey Juan Carlos fuese la persona indicada para ponerle los límites a Froilán. Todo lo contrario. 

Sin salvataje posible, Froilán se marchó hace una semana desde Barajas. Su destino fue, de nuevo, Abu Dabi. Se dice que ahí tiene la posibilidad de comenzar a trabajar en una empresa petrolera, algo que no fue confirmado, aunque se sospecha que, fiel a su costumbre, el cuarto en la sucesión del trono pronto estará de vuelta en casa y en los titulares de la prensa.