PABLO URDANGARIN

La suerte de los Urdangarin que sería la envidia de los primos Marichalar

Una cuestión de formas.
viernes, 10 de marzo de 2023 · 05:50

Hay una máxima que suele repetirse como un dogma: que los hijos se parecen a sus padres. En el caso de los Urdangarin y de los Marichalar, no hay nada más alejado y, posiblemente, de esa diferencia surgen situaciones que serían la envidia de los otros. 

Pablo Urdangarin, al igual que Juan Urdangarin, Miguel Urdangarin e Irene Urdangarin se criaron viendo a sus padres siendo acusados por el caso Nóos, escuchando como su padre engañaba a su madre y viéndolo tras las rejas después de ser encontrado culpable. ¡Vaya infancia!

Pablo Urdangarin es jugador profesional de balonmano en Barcelona. Fuente: (Instagram).

Mientras tanto, Victoria Federica y Froilán fueron criados como sobrinos de Reyes, que lo son, con padres divorciados en medio de acusaciones incomprobables de adicciones que terminaron por destruir un matrimonio. 

Claro que todos comparten el mismo abuelo, el Rey Juan Carlos, que debió mandarse a mudar a Abu Dabi porque no pudo responder nunca sobre su abultado y desconocido patrimonio ni por la incalculable cantidades de veces que engañó y humilló a la Reina Sofía.

Echando un vistazo, los Urdangarin y los Marichalar estarían más o menos empatados, con la diferencia de que los primeros han sabido forjar un perfil bajo y casi que pasan desapercibidos para los medios. Casi, porque siendo sobrinos del Rey Felipe, cada uno de su movimientos será escrutado. 

Victoria Federica estuvo tres años en pareja con Jorge Bárcenas, algo que ofuscó a la Infanta Elena. Fuente: (Instagram).

Pablo Urdangarin es el hijo de la Infanta Cristina que más veces es interceptado por los medios, siempre interesados en un nuevo capítulo de la novela de sus padres. En cambio, sus hermanos permanecen casi en el anonimato y no porque los reporteros no tengan interés en ellos, sino porque no se dejan encontrar. 

Esta situación es completamente diferente para los hijos de la Infanta Elena, quienes por decisión propia se paran casi al frente de las cámaras, para mostrar qué hacen y quienes son. Tanto Froilán como su hermana son presas fáciles para los paparazzis, que no tienen resquemores al apretar el botón. 

Tal vez la estrategia del jugador de balonmano haya sido la más acertada. Está disponible, alejado de las polémicas y de la noche, intentando hacer algo de su vida además de llevar sobre sus espaldas los apellidos Urdangarin y Borbón.