Todos los detalles sobre el regreso del Rey Juan Carlos a España

Durante su última aparición pública en París en el acto de entrada de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa el pasado 9 de febrero, el Rey Juan Carlos revelaba que "seguramente" le veríamos pronto por España. 

El regreso del Emérito a nuestro país ya tiene fecha y lugar. La visita se producirá justo un año después de la última vez que pisó territorio español. Desde el Palacio de la Zarzuela no estarían muy contentos con su llegada.

El Rey Juan Carlos podría asistir a la Coronación de Carlos III el sábado 6 de mayo en la Abadía de Westminster, en Londres. Más tarde, podría poner rumbo a Sanxenxo, donde competirá con su embarcación en las regatas, los días 19, 20 y 21 de mayo.

El padre del Rey Felipe “tiene que entrenar si quiere disputar el Mundial”. “En Abu Dabi no puede hacerlo, no tiene los medios, su barco está en Sanxenxo”, explicaron fuentes del club gallego a La Razón.

A su turno, el periodista Juan Luis Galiacho ha precisado en 'Cuatro al día': "Esa es la decisión que ha tomado a día de hoy, siempre y cuando su salud se lo permita. Hay que tener en cuenta que tiene 85 años y que su salud puede dar bandazos. Pero en estos momentos se encuentra muy fuerte, no tiene dolores y está en un momento de euforia, y así se lo ha hecho saber a sus compañeros".

Según el periodista, el Rey Juan Carlos tiene más planes en su agenda. Si todo sigue bien, podría regresar a la localidad gallega para presenciar la regata grande que tendrá lugar en junio. Y, a finales de agosto, podría participar con el 'Bribón' en una regata en Reino Unido, en la isla de Wight.

En efecto, el barco ya está preinscrito en Inglaterra, pero no habrá confirmación oficial ni se hará público quién estará al 
mando de la tripulación hasta después de la Semana Santa. Hay tiempo para que el Rey Juan Carlos pueda sobrepasar los escollos de lo que significa su regreso a España.

Desde el Palacio de la Zarzuela le habrían pedido al Rey Juan Carlos que evite mediatizar su visita, que no se quede en ninguna de las residencias oficiales y, de ser posible, que llegue con una invitación.