La grave acusación que pesa sobre Charlène de Mónaco

El matrimonio entre al Príncipe Alberto y Charlène de Mónaco se encuentra otra vez en el foco de la polémica después de que un diario británico publicara una grave acusación en contra de la exnadadora, que no quedó bien parada, a pesar del silencio de la Casa Grimaldi.

Según revelaciones de "The Sun", Charlène de Mónaco mantendría una relación extramatrimonial con un magnate ruso, con quien se conoce hace más de una década y habría mantenido encuentros durante su estancia en Suiza.

Fue durante la pandemia por Covid-19 cuando la Consorte del Príncipe Alberto desapareció de escena y desde la Casa Real informaron que se encontraba en una clínica de rehabilitación en Los Alpes Suizos.

Esto despertó todo tipo de especulaciones, que se desvanecieron cuando Charlène de Mónaco regresó a la vida pública de la Familia Real monegasca. 

Pero los nubarrones reaparecieron cuando el medio amarillista británico publicó que "toda la historia es muy compleja y confusa, pero Charlene y Vlad están en contacto y pasaron tiempo juntos. Parece que ella ciertamente ha encontrado ayuda de él recientemente en medio de sus problemas matrimoniales. Se conocen desde hace un tiempo y Vlad estuvo en la boda de la princesa cuando estaba con Naomi", esas fueron las afirmaciones acerca del supuesto romance entre Charlène de Mónaco y Vladislav Doronin.

Multimillonario ruso de 60 años, Vladislav Doronin es promotor inmobiliario y coleccionista de arte. Está radicado en Ginebra hace más de 30 años y saltó a la fama por ser el novio de Naomi Campbell hasta mediados de la década pasada.

Incluso, Doronin asistió a la boda real de Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto en 2011, acompañado por Campbell, la reconocida modelo británica. 

Por el momento, ni desde la Casa Real, ni desde el entorno de Charlène de Mónaco han emitido comentarios, por lo que habrá que esperar a los próximos movimientos de los Grimaldi para tomar dimensiones de las repercusiones del trascendido de la prensa, que amenaza con hacer temblar a la pareja.