La Princesa Leonor recibe la peor noticia desde su regreso a España

Con el fin de semana a punto de llegar y las vacaciones al caer, además de permanecer alejada de las aburridas citas de la agenda de la Casa Real y escondida de todos los flashes y medios que la buscan para ser tapa de portadas de revistas amarillistas y del corazón, nada podría arruinar la paz de la Princesa Leonor. Más bien, casi nada. La noticia que se conoció hace escasas horas califica como excepción a la regla y, seguramente, ya llegó a ojos y oídos de la infanta.

La hija del Rey Felipe y la Reina Letizia, cuyo paradero sigue siendo incierto, ya se encuentra en España disfrutando de sus días libres luego de completar con creces su primer año de bachillerato en el prestigioso UWC Atlantic College de Gales. Ninguna de las enseñanzas adquiridas durante la temporada en la institución podría haberla preparado para esto último. Tan reciente. Tan decepcionante que duele.

La Justicia española, su Tribunal Supremo, acaba de anular el despido de un guionista de Televisión Española (TVE), que había mostrado en pantalla un rótulo dedicado a la Princesa Leonor que, desde el Palacio de la Zarzuela, fue considerado como un insulto.

“Leonor se va de España, como su abuelo”, había escrito sobre el viaje de estudio a Gales quien luego fue desprendido de sus labores y que hoy, nuevamente, como una espina que se entierra al andar, recupera su trabajo y hace estremecerse del dolor y de la ira a la heredera del trono español.

En su resolución, que nada debe convencer a la Princesa Leonor, y mucho menos al Rey Felipe y a la Reina Letizia, los jueces consideraron que el rótulo empleado supuso “una apostilla claramente inapropiada e impertinente, que, lejos de aportar algo a la noticia, la enturbió y ensombreció”. A pesar de esto, “no contenía ninguna expresión con un significado objetivamente injurioso o vejatorio hacía la Princesa, cuya honestidad no quedó realmente en entredicho”, afirman los magistrados.

Para concluir, los encargados de impartir Justicia concluyeron que, por más que para algunos el rótulo se hubiera interpretado como una afrenta contra la heredera al trono, “la expresión utilizada no es susceptible de ser tenida en cuenta en el concepto público por afrentosa, por más que subjetivamente determinadas personas pueden considerarlo así. Por otra parte, ni del tenor literal del rótulo ni del contexto […] puede deducirse de manera fundada y lógica que su inserción redundase negativamente en el prestigio de la Institución”.

¿Cómo habrá recibido la Princesa Leonor esta decisión del Supremo Tribunal de España? No nos animamos a responder.