La grave sospecha sobre Iñaki Urdangarin que invade a la Infanta Cristina

La Infanta Cristina atraviesa un momento confuso de su vida. Por momentos parece estar bien, superada, dispuesta a rehacer todo desde cero. Por otro lado, también transmite estar muy aferrada al pasado reciente, a lo que fue y quizás no vuelva a ser, a su relación con Iñaki Urdangarin.

Son horas críticas para la mediana Borbón y Grecia. Mientras su ex esposo se prepara para viajar junto a sus hijos varones con destino a Minnesota (Estados Unidos) para estar presente en la boda de su sobrino Iñaki Flood, un detalle le roba la tranquilidad.

A la Infanta Cristina, que pese a haberse retocado el rostro y apuntarse al gimnasio para mejorar su figura con intenciones de rehacer su vida desde los cimientos -es decir, su confianza en sí misma-, la sigue visitando su pasado. Está aferrada a él. Y lo demuestra explícitamente a cada lugar que va, puesto que continúa usando su alianza matrimonial.

Es en este contexto que a la hermana del Rey Felipe la invade una terrible sospecha, una duda que debe evacuar lo antes posible, antes de crisparse por completo de los nervios. No puede esperar ni un minuto más. Se avecina el primer verano sin Iñaki Urdangarin y las emociones están a flor de piel, porque tampoco podrá contar con sus hijos varones, que estarán en Estados Unidos, a miles de kilómetros de ella.

Y las recientes imágenes del ex Duque de Palma paseando por las costas de Bidart refuerzan el miedo profundo que hace sudar frío a la Infanta Cristina. No hay derecho para semejante incertidumbre. No lo merece, no después de haber dado todo, de haberle dado la espalda a buena parte de su familia luego de las consecuencias que trajo el Caso Nóos por el que su entonces compañero de vida terminó tras las rejas.

La pregunta puntual de la hermana mediana de los Borbón y Grecia es la siguiente: ¿llevará consigo Iñaki Urdangarin a Ainhoa Armentia? ¿Será capaz de hacerla compartir junto a su familia y, peor aún, junto a sus hijos? No sería alocado pensarlo, teniendo en cuenta que Pablo Urdangarin, el hijo que sigue los pasos de su padre en el deporte balonmano, dijo alguna vez que no le molestaría que el sentenciado por fraude al fisco se muestre con su entonces nueva novia.

La Infanta Cristina no merece la intranquilidad que la invade desde hace unos días. Deberá aguantar hasta que lleguen las vacaciones. Días que deberá aprovechar para reflexionar qué es lo que realmente quiere para su futuro. O si lo que en realidad busca es recuperar su pasado.